La colonoscopía es un estudio que le permite al médico ver el interior del intestino grueso (colon y recto). También se le conoce como endoscopía baja o endoscopia de colon. Es un estudio muy útil para identificar, analizar o eliminar lesiones pre- cancerosas como los pólipos, tomar muestras de tejido para análisis (biopsias), observar divertículos, tumores, fístulas, estenosis y sitios de sangrado, entre otras.

Para realizar éste estudio es necesario llevar una dieta líquida dos días antes del estudio y realizar una purga para limpiar el interior del colon un día antes; el día del estudio debe presentarse en ayunas. Si está tomando algún medicamento, debe preguntar a su médico si lo debe suspender o no.

Antes de iniciar el estudio, al paciente se le coloca un suero en uno de sus brazos, se le pide que se acueste y se le colocan varios sensores para monitorizar la respiración, oxigenación en la sangre, presión arterial, temperatura y ritmo cardiaco. Posteriormente se le aplica un sedante a través del suero (anestesia suave). Todo esto se realiza bajo la supervisión de un Anestesiólogo para garantizar la seguridad durante la realización del estudio. Una vez que el paciente está sedado, se introduce por el ano una manguera de plástico flexible (colonoscopio) que tiene una cámara de televisión en la punta, con el objetivo de examinar a gran aumento las paredes del colon en búsqueda de anomalías o tomar muestras de tejido para análisis (biopsias).

La duración aproximada del procedimiento es de 30 minutos y, posteriormente, el paciente permanece acostado cerca de 30 minutos hasta que “pase” el efecto del sedante. El paciente no siente absolutamente nada durante el estudio; simplemente llega, se duerme y, al despertar, su estudio ya ha terminado.